«Quisiera dar las gracias a Shimizu Sensei y su hijo Kenta, a todos mis profesores y a todas las personas que me han ayudado y apoyado para empezar a enseñar el Aikido como un trabajo de paz aquí en Tenerife.
Especialmente, quiero dar las gracias a Marcel Goergens (Alemania) y a Jos Vanroy (Bélgica) que me han ayudado a montar el primer Dojo en Tabaiba y que nos visitan frecuentemente para enseñarnos.
También a todas las personas que cada año pasan por aquí y con su sabiduría aportan su granito de arena en nuestra humilde montaña y por último a los alumnos porque sin ellos no podríamos continuar en este camino.»
Carsten Schultheis